(ASÍ, SIN MÁS)

lunes, 10 de mayo de 2010

(Co)razón. Lo siento, los cambios me dan miedo.

Me levantaba cada día a les 7:37 de la mañana y pasaba 17 minutos exactos en la ducha. Desayunaba café con dos cucharadas y media de azúcar y leía solo las páginas impares del periódico, en un intento frustrado de tener cierto control sobre la información que mi cerebro absorbía. Cogía el metro de las 8:13 y me sentaba en el asiento que hacía 4 empezando a contar por la derecha. Al salir de la estación subía los escalones de dos en dos, pisando siempre los números pares. Todo era gris, monótono y rutinario. Hasta que te vi. Llevabas un vestido amarillo y una boina azul y en tus labios una sonrisa deslumbrante parecía decirme que el mundo eran más cosas que el trabajo y las obligaciones. A partir de aquél día cambié. Me levantaba a deshora y no controlaba el tiempo que pasaba en la ducha. No contaba las cucharadas del café y olvidaba leer el periódico. Sin embargo siempre lograba coger el metro de las 8:13. Y te veía, te veía cada día.

Solo sé que era martes, como siempre estabas allí, con tu boina azul. De repente un sonido atravesó la estación y algo se clavó en tu pecho.Te desplomaste al suelo y tu sonrisa simpática se transformó en un gesto triste. Te habían disparado, habías muerto.

Me quedé allí, de pie, mirando al vacío. "Lo siento, los cambios me dan miedo", pensé mientras sentía el peso de la pistola en mi mano.



[El corazón es agua, que se remueve, arrolla, arremolina, MATA]

otros locos enamorados que les gusta coser mentiras